«Intensamente Azules«. Una mañana, al despertar, encontré en el suelo, rotas, mis gafas de miope. Tras algunos instantes de desconcierto, recuperé la calma al recordar que tenía otras gafas graduadas: las de natación, que mi familia me había regalado en un cumpleaños. El caso es que empecé a moverme con ellas por la casa, lo que sorprendió un poco a mis hijos –a mi mujer no; a ella no le sorprendió nada-, sobre todo cuando salí al supermercado a comprar leche, que hacía falta. Fue en el súper donde me di cuenta de que, tanto como el modo en que yo veía a la gente, cambiaba el modo en que la gente me veía a mí.
Actividad incluida en el “Programa de Artes Escénicas y Musicales de C-LM” YA ESTÁN A LA VENTA LAS ENTRADAS