La Curva de la Felicidad nos presenta hombres frágiles, indecisos, inseguros, que provocan la risa del público, mientras que poco a poco van mostrando su cara humana, su ternura, su tremenda soledad, que acaba conquistando el corazón de los espectadores. Y de las espectadoras. Porque, la verdad, es que nuestros personajes dicen lo contrario de lo que sienten y presumen de una fortaleza emocional de la que carecen. Aunque lo nieguen y persistan en sus sueños de noches golfas, buscan el amor, sí, el amor. Así de sencillo.
Una apasionante comedia que nace para recordarnos que lo cotidiano, lo que nos sucede día a día, puede ser realmente extraordinario.