In alcalde, Asociaciones, Cultura, Miguel Angel Ruiz

Trescientas piezas únicas de relojería se muestran hasta el sábado en una exposición en la planta baja del Museo Cristina García Rodero.

El noventa por ciento de los relojes data de 1800 a 1950, aunque también se puede ver uno de 1640 que Santos Aparicio, todo un experto en la materia, intentará algún día ponerlo en valor y que marque las horas.

Además se encuentra una reproducción del reloj de sol de la 1604 de la fachada de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, el antiguo reloj del hotel Castilla y de la mesa de un taller de relojero con todos los utensilios necesarios.

Reloj de sereno

Adentrarse en el museo es caminar por un oficio artesano de relojero, que ha desaparecido en Puertollano y que se intenta recuperar a través del trabajo y paciencia de los nueve componentes de la asociación de relojería mecánica de Puertollano. Entre las curiosidades que se pueden descubrir se encuentra un reloj con una caja fabricada en Puertollano con la maquinaria original de 1870, o el singular, pesado y abultado reloj que utilizaban los serenos en sus tareas de salvaguarda del vecindario.

Una exposición que reúne múltiples variedades, desde los antiguos a los más modernos, gracias a las piezas aportadas por Santos Aparicio y por la familia de Ángel García Cáceres, al que se dedica la muestra junto a Ángel Sobrino, que trabajaron intensamente para la consecución de este colectivo y de las piezas que ahora se pueden ver.

Sagrario Almodóvar, concejala de bienestar social
Componentes de la asociación de relojería mecánica de Puertollano

Recuperar un oficio

Una exposición que sirve de llamada para que la gente joven se involucre en una actividad económica en Puertollano en vías de extinción, como ha reconocido la concejala de bienestar social y mayores, Sagrario Almodóvar, durante la apertura de la muestra que ha recorrido junto al alcalde, Miguel Ángel Ruiz, y las concejalas María Castellanos e Inmaculada Amaro.

Muchos de los relojes que se pueden ver proceden de la relojería familiar de Santos Aparicio, abierta por su padre Andrés en los bajos del desaparecido Gran Teatro, pero también muchos se han comprado en otros países, como India o Alemania que se han recuperado para defender la importancia y el valor del reloj mecánico. “Intentamos reparar todo lo que se puede y de lo que no encontramos piezas no se hace”, apuntó Aparicio.

Santos Aparicio, relojero

Reloj de iglesia

Los componentes de este colectivo ahora están involucrados en la puesta en marcha de un antiguo reloj de iglesia de Torralba de Calatrava, similar del que se recuperó de la iglesia de Santa Bárbara, se han fabricado las piezas rotas y “vendrá lo más difícil de ajustarlo y que funcione”, gracias la implicación de Ramón García, trabajador de Fertiberia de Huelva, Teodulio Ampuero de Salesianos de Atocha y de Miguel Ángel Alarcón del CIFP Virgen de Gracia.

Reproducción del reloj de sol de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción fechado en 1604
Santos Aparicio ha compartido su sabiduría relojera en esta asociación
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