Unas manos entrelazadas de una niña y niño en el interior de un corazón morado con el que los alumnos del colegio Ramón y Cajal han reivindicado que “ni golpes que duelan, ni palabras que hieran” en la antesala de la celebración conmemorativa del día de la mujer.
Su patio escolar de la calle Alejandro Prieto se ha llenado de peticiones, derechos, libertades y de sueños de una igualdad absoluta en todos los ámbitos de la vida.
Una comunidad educativa reivindicativa
El delegado provincial de sanidad, Francisco José García, y antiguo alumno del centro, que ha participado en el acto, considera que es esencial que aparte de las materias regladas se aprenda que las mujeres y hombres son iguales sin discriminación de raza y de sexo y es importante también el respeto, “algo que nos enseñan en nuestros hogares y en las aulas”.
García considera que es de vital importancia que la comunidad educativa reivindique que es la igualdad ante la ciudadanía y ante el propio alumnado, de los que serán futuros hombres y mujeres que desarrollarán su vida en plena libertad.
Portavoces de lo aprenden en las aulas
La concejal de igualdad, Ana Belén Mazarro, aconsejó a los escolares que todo lo que aprendan en su colegio lo compartan en el ámbito más cercano, desde la familia a los amigos, “Sois portavoces de todo lo que aprendéis”.
Mazarro afirmó que es fundamental que los valores como la igualdad o todo lo que conozcan sobre la violencia de género contribuya a que cuando sean adultos les ayude a convivir en una sociedad igualitaria, que los hombres y mujeres tengan los mismos derechos.
Palabras de mujer
Antes de la lectura de un manifiesto los escolares de distintos cursos han colocado sobre un cuerpo femenino las palabras que representan al día de la mujer, desde el futuro al compañerismo, lucha, pioneras, diálogo, talento, libertad, empatía, respeto y amor.
