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Nuestra Señora del Mayor Dolor y Misericordia ha sido prólogo de la Semana Santa 2022 en un Viernes de Dolores en el que había ganas de que las procesiones volvieran a las calles de Puertollano.

 Tras la eucaristía presidida  por Jacinto Antonio Naharro Alcázar, delegado episcopal para la Causa de los Santos y concelebrada por diversos sacerdotes, a las nueve de la noche se el trono salía a la plaza del Minero portado treinta y cuatro anderos que pusieron todo esfuerzo e ilusión para que la Virgen brillara por las calles de la barriada Libertad.

Numerosos devotos esperaban la salida de la Virgen del Mayor Dolor precedida de cruz y ciriales y envuelta en un intenso olor a incienso y también fueron muchas las personas que alumbraban con vela en mano a este primer itinerario procesional del año que de forma excepcional se amplió hasta la plaza de Vía Crucis en recuerdo que hace cincuenta años la desaparecida de Cruz Roja fue la semilla de la parroquia de San Antonio de Padua.

Un cortejo procesional que se cerraba con la intervención de la Banda de Música de Puertollano AMC entre la devoción y respeto de los numerosos asistentes.

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