Puertollano ha dicho adiós a doña sardina en el entierro por el Paseo de San Gregorio en en riguroso negro que marcaba el intenso dolor en la despedida al carnaval y la llegada de doña Cuaresma.
Un cortejo con mayor implicación de los colectivos locales y eso se ha notado en el aumento de la participación en el último acto oficial carnavalero.
Un funeral callejero abierto con los pescadores del Centro de Mayores I con una puesta en escena muy conseguida con sardinas en redes y cajas, a los que seguían los chicos y chicas de Aldabón que nos recordaron que este día también se celebra San Valentín.
Un triste hasta el año que viene al que también se unieron la barriada Fraternidad, las ampas San José, el Reino del Calderón, Asociación Purpurina y las ositas “Alcalinas” de la barriada Santa Ana con su sardina a hombros cargada de corazones. Tampoco faltó la música de los Tatum Tatúm y el guiño a la niña del exorcista de los Porrascazos Blu Bla.
Con una sardina mejor se pasa el mal trago
Ya entrada la tarde a muchos le colmaron el hambre con los 260 kilos de sardinitas asadas a la plancha por los cocineros de la peña “Cohete Sport”, que un año más arriman hombro y se trabajaron a fondo para que el menú de cuaresma estuviera a punto, junto con el corte de doscientos panes morenos y el reparto de 240 litros de cerveza y 170 de refrescos.
Las concejalas de festejos y participación ciudadana, Celia Villaverde y Ana Muñoz, no perdieron oportunidad de echar una mano para la distribución del codiciado pescado fluyera con mayor rapidez y llegara cuanto antes a la boca de la gran cantidad de ciudadanos que acudió al Paseo de San Gregorio.
Un desfile que contó con el apoyo de la ambulancia de Protección Civil y el cierre al tráfico del acceso al Paseo por parte de la Policía Local que ofreció rutas alternativas a los conductores que pretendían entrar al centro de la ciudad.