El Museo Cristina García Rodero abrirá sus puertas en septiembre a la genialidad de la fotógrafa puertollanera con su colección de Rituales de Haití, junto con una sala permanente y la exposición temporal “La Huella de la Mirada”, que hará un recorrido por la historia de la fotografía de Castilla-La Mancha.
El fotoperiodista Publio López Mondéjar junto con el coleccionista Adolfo Autric y la coordinadora del proyecto, Ana Muñoz, han iniciado los trabajos preliminares de distribución de las trescientas obras que llenarán el museo municipal una vez que culminen diversos trabajos de mejora de las salas, tanto de paneles como el pintado de las paredes de gris, y a la espera de remates en iluminación y de otros aspectos técnicos, adelantó la alcaldesa, Mayte Fernández.
Los rituales de Haití
Un total de 185 obras corresponden a la colección de “Rituales de Haiti” y además García Rodero contará con una sala permanente con seis de las obras adquiridas por el propio Ayuntamiento, a las que se sumarán otras dos más donadas por la propia fotógrafa y otras siete cedidas por el propio Autric.
En todo caso, aseguró la alcaldesa, se está a la espera del visto bueno de los distintos espacios de García Rodero, una vez que vuelva de Paris de la Convención anual de la agencia Magnum.
De forma paralela se trabaja para poner de acuerdo las distintas agendas y diseñar las distintas exposiciones de un museo que será de primer nivel internacional dedicado a una mujer de Puertollano, indicó la alcaldesa, que espera que sea un espacio cultural para el disfrute de los ciudadanos y “nos dará una calidad a la marca de ciudad”.
La huella de la mirada de Castilla-La Mancha
De forma paralela se trabaja en la preparación de las exposiciones temporales que abrirán el Museo García Rodero, con la muestra “La huella de la mirada. Fotografía y sociedad en Castilla-La Mancha 1839-1936”,
Coordinada por Publio López Mondéjar permitirá hacer un recorrido de cómo nace la fotografía en Castilla-La Mancha, el importante movimiento fotográfico desde el último siglo y sobre todo el valor antropológico que representan cada una de las instantáneas, adelantó Ana Muñoz.
