Puertollano ha renovado su Santo Voto en tiempos de pandemia, en un día simbólico en el que se ha mantenido intacta la tradición. Ha faltado el calor de otros años de los cientos de puertollanenses que aguardan con impaciencia conseguir su ración de carne, pero como antaño no se ha perdido la fe y la esperanza de que es posible superar epidemias y momentos de dificultad.
Un jueves de octava de la Ascensión que se iniciaba con la eucaristía dedicada a la Virgen de Gracia, a la que ha asistido la alcaldesa, Isabel Rodríguez, mientras que en el exterior se cumplía el ritual de elaborar el sagrado guiso de carne en las treces ollas de barro.
A la finalización de la misa, el párroco, Pedro Crespo, bendijo tanto el estofado como los panes que les acompañaban y de nuevo setecientos años más tarde se hace historia en esta ciudad con una fiesta de interés turístico regional que se refuerza con su declaración como Bien inmaterial de interés cultural.
Recordar y revivir la tradición
La alcaldesa, Isabel Rodríguez, afirmó que se ha tratado de no interrumpir la tradición cuyo origen se encuentra en una pandemia y en particular en estos momentos. “Recordarla y revivirla hoy en las mismas circunstancias era muy simbólico para nosotros y toda la ciudad lo está viviendo con la emoción como la estamos viviendo nosotros desde la Corporación Municipal”.
Un hecho que calificó como muy simbólico, que va a las entrañas nuestras raíces y nuestra forma de ser.” Hemos conseguido el objetivo de no interrumpir la tradición, hacerlo con medidas de seguridad y que la participación que nos gustaría ver en esta glorieta en estos momentos se esté viviendo en los hogares de los ciudadanos que también están haciendo sus guisos y recordando este día”.
Unidad frente a la adversidad
Rodríguez reconoce que Puertollano siempre ha estado unidad frente la adversidad “y ha demostrado fortaleza cuando ha estado unida y tengo la confianza que unidos vamos a salir adelante de esta dificultad, curar las cicatrices y vamos a reponernos y avanzar en el desarrollo que merece nuestra ciudad”.
Ningún paciente en planta hospitalaria
La alcaldesa se muestra confiada en que el próximo año vuelvan los coros, danzas, mayos y los vecinos puedan recoger la comida popular como lo han hecho desde generaciones, y también “en un futuro mejor para todos y para las personas que están enfermas, ya no tenemos ninguna persona en hospitalizada en planta y ojalá sigamos teniendo la seguridad sanitaria para que evitemos contagios”.
El guiso en barro
La elaboración del guiso del Santo Voto ha variado con respecto a otros años, ya que se ha iniciado en una gran olla y después todos los ingredientes se han distribuido entre los trece pucheros de barro realizados en el taller de Virgilio Vizcaíno.
El cocinero José Angel Sánchez Maya ha aportado todo lo necesario y comenzó su cocción a las ocho de la mañana y se prolongado durante cinco horas y media para que estuvieran en su punto los cincuenta kilos de ternera, otros cincuenta de patatas, cuatro de pimientos verdes, otros cuatro de pimientos rojos, cinco de tomates, seis litros de vino blanco, 150 gramos de pimentón y pimienta.
Un reparto solidario
Para garantizar la máxima seguridad sanitaria de las 160 raciones del guiso se han repartido en envases de plástico herméticos, junto con los panecillos donados por Pan Carrión, entre el Hospital Santa Bárbara, Residencia de mujeres de las Hermanas de la Cruz, Centro de Transeúntes de Cáritas, centro de acogida sin techo en el pabellón Paqui Moreno y Policía Local.