Con la jota de Puertollano dedicada la Virgen de Gracia que han bailado y cantado de forma conjunta la Asociación Folklórica Virgen Gracia y la Asociación de Coros y Danzas Fuente Agria», se iniciaba la ofrenda que se celebra a los pies de su ermita cada jornada previa al día de a patrona.
La alcaldesa, Isabel Rodríguez, en nombre de la ciudad fue la primera en ofrendar a la Virgen con un floral escudo municipal portado por los concejales del equipo de gobierno Félix Calle y Adolfo Muñiz, que los bomberos de Emergencia colocaban en lo más alto de panel en presencia de ediles de los distintos grupos municipales.
El párroco de la Virgen de Gracia, Pedro Crespo, un año más fue el encargado de pedir que subieran a realizar sus ofrendas las Cofradías de Señoras y Caballeros de la Virgen de Gracia, Emergencia, Protección Civil, Cruz Roja, Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil.
Diversos colectivos
Asimismo entregaron sus ramos representantes de diversas empresas, colectivos y entidades, como Repsol, Centros de Mayores I y II, Hermandad de Santa Gema, Federación de Empresarios (FEPU), Asociación de Enfermos de Parkinson y Alzheimer, Aldabón, Tanatorio Virgen de Gracia, Cofradías de Discípulos de San Juan y Virgen de la Cabeza, Agrupación Musical San Miguel Arcángel, Asociación Española contra el cáncer, Cofradía del Cristo de las Maravillas, Asociación María Auxiliadora, Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos, Calvo Sotelo CF, Cofradía Jesús Orando en el Huerto, Asociación Cofrade El Capirote, Hermandad de Donantes de Sangre, Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, Asociación de Fibromialgia, Grupo Municipal Vox y Nuevas Generaciones del Partido Popular.
Presencia de lluvia
Al coincidir en sábado animó a una mayor presencia de personas que aguardaban para depositar sus flores en una larga fila hasta la calle Pablo Neruda. Cerca de las diez de la noche apareció un invitado inesperado, la lluvia, que obligó a que la Cofradía de Caballeros cobijara a la Virgen de Gracia en el interior de su templo y que se interrumpiera la ofrenda que se encontraba en su recta final.
