La cauta postura del grupo municipal popular de proponer el aplazamiento hasta el año que viene de la reapertura de la piscina de la dehesa boyal no es un capricho político, sino una medida responsable mientras se acometen las actuaciones necesarias para que su nueva puesta en servicio sea duradera, segura y digna. La diferencia entre el PSOE y el PP en este asunto es muy clara: ellos la dejaron perder; nosotros la estamos levantando.
Resulta, a juicio del PP, una irresponsabilidad que el PSOE inste a abrir una instalación sin garantizar antes su seguridad y adecuación. El mantenimiento de los servicios públicos no puede basarse en ocurrencias ni en el interés político de una moción de pleno, sino en criterios técnicos, planificación y responsabilidad institucional.
Las instalaciones de la piscina y su entorno, según informes técnicos municipales presentan deficiencias estructurales, de accesibilidad y de mantenimiento acumuladas desde hace años. Pretender que en pocos meses se solvente lo que ellos ignoraron durante lustros es tan injusto como demagógico.
Es sorprendente que quienes en las últimas legislaturas gobernaron esta ciudad sin ofrecer soluciones reales a las instalaciones de la Dehesa Boyal, hoy pretendan dar lecciones de gestión. El PSOE tuvo décadas para mantener y poner a punto esa piscina, y la abandonó. Lo que hoy critican con vehemencia es, en realidad, consecuencia directa de su inacción y dejadez durante años.
El actual equipo de gobierno del Partido Popular tiene una hoja de ruta clara para la rehabilitación integral del complejo de la Dehesa Boyal, incluyendo la piscina, el bar, el restaurante, el aulario y la ermita, dotándolos de un proyecto de presente y futuro con garantías. Este proceso se realizará a través de una escuela de oficios que, además, generará empleo y formación para nuestros jóvenes. Esa es la diferencia entre la propaganda socialista y la planificación del Partido Popular: menos titulares, más soluciones.
El equipo de gobierno está trabajando para lograr una Dehesa Boyal renovada. Lo que no vamos a hacer es caer en el populismo de decisiones precipitadas que comprometan la seguridad o el dinero público.
